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8 de noviembre de 2024 Las brujas de Salem

La caza de brujas de Salem

Buenos días, soy Dagna y me apetecía mucho comenzar a hablaros sobre alguna de las múltiples y cruentas cacerías de brujas que se realizaron en siglos XVI y XVII en Europa. Pero quizás debiera empezar por el incidente mas famoso y cinematográfico, que casualmente, sucedió al otro lado del Océano, estoy hablando de la caza de brujas de Salem.

Si hay una palabra que al oírla hacen erizarse los pelillos de la nuca a cualquier bruja o mujer que sea o piense diferente, esa es Salem. Quizás por la repercusión mediática, pero todo el mundo ha oído hablar de esa ciudad y que allí se celebraron juicios contra brujas.


Peregrinos y puritanismo

Para el año 1620, los primeros colonos procedentes Europa llegaron a las tierras de Nueva Inglaterra. Conocidos como los Padres Peregrinos, fundaron las primeras colonias como Connecticut, Boston y Springfield.

En aquellas tierras se produjeron cerca de una veintena de casos de brujería, aunque el más recordado fue el que tuvo lugar en el poblado de Salem, la colonia inglesa de Massachusetts.

Salem era una pequeña comunidad puritana, con férreas creencias religiosas que consideraban la brujería como una forma de traición contra Dios. La vida en ese tiempo estaba marcada por el temor a lo sobrenatural, a la intervención del diablo y donde las malas cosechas o enfermedades, se atribuían a la influencia de las del demonio y las brujas.

A finales del S.XVII, trasladaron a un reverendo (Samuel Parris) a Salem desde Boston con sus hijos, Thomas, Elizabeth y Susannah y su sobrina Abigail Willians, la cual era huerfana. Con ellos vivía una esclava llamada Tituba y su marido, John Indian, la cual se encargaba de cuidado de los niños. El reverendo Parris vivía obsesionado por ganarse el amor de Dios y el respeto de los habitantes de Salem. Pero su carácter desconfiado y arrogante y su escasa habilidad social, le hacían sentirse poco querido por sus vecinos.

A Tituba, la esclava negra de la familia Parris, le gustaba contar historias misteriosas a las hijas del reverendo y a sus amigas, así como practicar viejos rituales vudú. A menudo, estas historias y rituales ancestrales chocaban con la moral puritana de aquellos niños y empezaron a encender la imaginación de las adolescentes Betty Parris y Abigail Williams.

A principios de 1692 Betty Parris y Abigail Williams fueron sorprendidas bailando desnudas en un bosque, mientras Tituba realizaba, sobre un caldero, rituales vudú de las Barbados, su tierra natal.

Poco después y según cuentan las crónicas, las dos niñas empezaron a sufrir convulsiones, a pronunciar frases sin sentido, a estallar en llantos repentinos y a tener «comportamientos animales». En realidad, es muy posible que las dos niñas intentaran desviar la atención de sus juegos sexualizados, a los que se unió Ann Putnam, una niña de 12 años, hija de una de las familias más pudientes de la población

Los médicos no pudieron dar una explicación.  William Griggs, el médico de Salem  dijo «No hay ningún problema físico que cause ese comportamiento. No hay dudas de que se trata de la influencia directa del demonio».

Toda la población de Salem, incluido el reverendo Parris, creían en las brujas y que estas eran las causantes del extraño comportamiento de las jóvenes.

De la misma forma que se extendía el pánico entre la población,  más vecinos empezaban a mostrar síntomas parecidos.

Las niñas, bajo amenazas y para evitar la horca, acusaron a Tituba de iniciarlas en ritos satánicos y a Sarah Good, una mendiga; y Sarah Osborne, una anciana marginada.


Los Juicios de Salem

En febrero de 1692, los magistrados Jonathan Corwin y John Hathorne, iniciaron el juicio con el fin de averiguar el origen de las posesiones diabólicas. Con la sala llena de público, se inició la sesión en la que los dos magistrados presionaron a la hija de Parris y a su sobrina para que señalaran a los culpables.

La primera acusada fue Tituba que, para salvarse de la tortura, confesó públicamente: «He visto al diablo en el bosque. A veces toma la forma de un hombre muy alto de pelo negro, o de perro negro, o de cerdo, y he visto a un pájaro amarillo besar el dedo de otra bruja, y Betty, Abigail, Ann Putnam, Sarah Osborne, Sarah Good ¡están al servicio de Satanás!

Por si fuera poco añadió que había visto el nombre de otros vecinos en el libro del Mal», libro que se lo había entregado el hombre misterioso y donde figuraban los nombres de las brujas que había en Salem.

Las acusaciones

Tras declararse culpable, Tituba fue condenada a prisión y estuvo un año recluida. Por su parte Sarah Osborne, una anciana, y Sarah Good, una indigente, que también habían sido acusadas, fueron ahorcadas al no confesar su culpabilidad.

Horca en los juicios de las brujas de Salem

Mas tarde, otra mujer, Martha Corey, fue acusada injustamente, tal vez a causa de envidias o algunas rencillas entre los aldeanos, y su esposo, Giles Corey, falleció en prisión mientras era torturado.

Tituba fue condenada a prisión. Por su parte Sarah Osborne, una anciana y Sarah Good, una indigente, fueron ahorcadas al no confesar su culpabilidad.

Las acusaciones rápidamente se extendieron. A lo largo de varios meses, decenas de personas fueron acusadas de brujería:

El reverendo George Burroughs fue acusado porque, según Ann Putnam: «Su espíritu aparece en mis sueños y me dice que es el líder de los adoradores de Satanás, que mató a sus dos primeras esposas y que embrujó a los soldados que combatían a los indios en las fronteras de Maine».

Otra aldeana, Susanna Martin, fue acusada por un vecino porque creía que había embrujado a sus bueyes, y John Alden, otro de los habitantes de Salem, fue acusado de ser el hombre que supuestamente había entregado el libro con los nombres de las brujas a Tituba.

Bridget Bishop, una mujer que anteriormente había sido acusada y absuelta del cargo de brujería por tener un carácter extrovertido y haberse casado tres veces, fue mandada a la horca por el juez William Stauton en junio de 1692

Otra mujer, Rebecca Nurse, fue acusada pero fue declarada inocente, lo que provocó tal oleada de vandalismo entre la población que el magistrado tuvo que cambiar de opinión y ordenar que la ahorcaran.


Las Ejecuciones

Entre junio y septiembre de ese año, 20 personas fueron ejecutadas: 19 en la horca y 1 aplastada hasta la muerte por negarse a declarar. Además muchas personas fueron encarceladas durante meses, mientras el miedo seguía propagándose.

El gobernador de Massachusetts, William Phips, intervino a finales de 1692 cuando se dio cuenta de que las acusaciones estaban fuera de control, y estableció un tribunal que prohibió el uso de pruebas espectrales.

En mayo de 1693, todos los acusados restantes fueron liberados.

Finalmente, en 1703 el tribunal de Massachusetts rechazó casi todas las pruebas presentadas en los juicios y el propio gobernador Phips declaró nulos todos los veredictos condenatorios y las familias de las víctimas ejecutadas recibieron disculpas oficiales.


Conclusiones

Son numerosas las conjeturas sobre las circunstancias que pudieron desencadenar los terribles acontecimientos de Salem.

Algunos autores han citado a la epilepsia como la causa de los ataques y convulsiones de las niñas. Para otros, la fuente de todos estos síntomas estaría en una intoxicación por cornezuelo del centeno que posee una toxina, la ergotamina, de la que deriva el LSD.

Sin embargo, para la mayoría, la causa más probable es la histeria colectiva como resultado del asfixiante clima de puritanismo y de la educación represiva que imperaban en aquellos tiempos.

La caza de brujas de Salem es vista hoy como un ejemplo extremo de los peligros del fanatismo religioso, el miedo colectivo y el abuso de poder y se ha convertido en un símbolo de advertencia sobre los riesgos de las violaciones de los derechos civiles.

Museo de las brujas de Salem

Para el próximo día, prometo una historia en Europa, pero no está mal para abrir boca ¿no crees? 😉

Dagna, colaboradora de Wiccana

Fotografía:

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